La UNIDAD DE MEJORAMIENTO VEGETAL cuenta con modernas instalaciones de biología molecular y crecimiento de plantas en las que se trabaja en la transformación de plantas de interés agronómico como soja, maíz, arroz y tabaco.
Argentina es un país con una economía basada fuertemente en la producción agrícola, así como en el valor agregado a la misma. El crecimiento de la población mundial indica una fuerte necesidad de aumentar la producción de alimentos. Se calcula que en 2050 nuestro planeta va a estar poblado por 9.6 mil millones de personas y también es claro que los recursos naturales no aumentarán y probablemente disminuyan en su calidad. Desde los inicios de la agricultura, el hombre (en forma genérica) ha intentado (y logrado) mejorar la calidad de los cultivos por cruza y selección. A pesar de haber mostrado su valía, el mejoramiento clásico de cultivos es lento y está limitado a las variedades genéticas naturales disponibles. La Biotecnología Vegetal moderna es la disciplina que podría aportar soluciones a esta problemática generando, en un tiempo más corto, cultivos de mayor productividad o permitiendo ampliar las zonas de cultivo. La obtención, mediante manipulación genética, de variedades vegetales con características adaptativas mejoradas ha sido uno de los objetivos fundacionales del IAL. Desde su creación los laboratorios de investigación pertenecientes al IAL han logrado identificar y desarrollar tecnologías que permiten a las plantas enfrentar exitosamente condiciones adversas. Hoy en día la transformación, o sea la obtención de plantas de interés comercial modificadas genéticamente, es uno de los factores limitantes en el desarrollo y comercialización de estas tecnologías. Hasta el momento las transformaciones de plantas no se hacen en el país en forma rutinaria en los laboratorios de investigación ni como servicios de organismos públicos o empresas. Actualmente, la transformación de ciertas especies de interés puede hacerse en unos pocos servicios de transformación existentes en el exterior, que en general están financiados por grandes empresas. Estos servicios además de cobrar precios considerables, exigen firmas de contratos en los que queda establecido que las plantas transformantes sólo se utilizarán para fines de investigación y no conceden los “FTO” (del inglés, free to operate). Asimismo, trabajan con germoplasmas no comerciales y lejanos a los de elite que podrían ser mejorados y comercializados en plazos más acotados. Dado que la tecnología de transformación de cultivos ha sido identificada como la primera limitante para el desarrollo de tecnologías de mejoramiento de cultivos, el CONICET impulsó la iniciativa de generar una plataforma de transformación y mejoramiento.
INTEGRANTES UMV

Profesional Adjunto de la Carrera de Personal de Apoyo del CONICET
Dra. en Ciencias Biológicas

Cientibecaria UNL